Al fin se decidió a tener un poco de plata. Ya no lo pensó más y se animó a ir donde
Sacó el número E 74, iban en el B 45. “¡Mierda!”, pensó, pero no por el tiempo de espera, sino porque notó que veinte cretinos más traían el mismo objeto. No podría sacarle mucho, por lo menos no hoy. “¡A la chucha!” dijo, mientras llamaban su número.
— Hola, tengo un título de periodista, ¿cuánto me da?