domingo, abril 27, 2008

Son mentiras




Parece que son mentiras, así lo veo. Son mentiras las visitas del Viejo Pascuero, las veces que me dijeron que no me tragara el chicle porque se quedaría pegado en mi estómago y la historia del Hada de los Dientes (mmm, por cierto ¿quién me dejó todo ese dinero?). Sí, son mentiras que se le debe respeto a los grandes por la edad y que las estrellas llegan cuando el sol se va.

Sí, al parecer estoy en un mundo seco y lleno de inventos. En un lugar cansado de ilusiones y que quiere ser rescatado por los milagros ¿Y qué puedo hacer yo? Estoy sin armas, igual de cansada y con un nudo en la garganta.

Es por eso que me siento a tu lado, mundo, para esperar que dejemos de ser el juguete olvidado de Dios.

domingo, abril 20, 2008

Sentencia


Cuento hasta diez para tranquilizar la memoria. Otra vez estoy frente a ti para llegar a un consenso, todo porque negocié mal el exiguo momento que calmó nuestros caprichos.

-¡Señor Juez, no me sentencie por mi ignorancia!-

Demasiado tarde, la falta de ensayo en tu juego de seducción me ha costado la sonrisa de tu mirada, unas cuántas películas y tres DVD's con mis series favoritas.

-¡Señor Juez, quiero apelar a mi fallo porque las reglas del juego no quedaron claras!-

Reclamo porque nunca señalaste tus líneas de acción cuando aceleramos los corazones, desempolvamos el deseo ya guardado y quebramos la espesa capa de amistad que existía.

-Señor Juez, ¿es posible anular este juicio?

¿Podemos revisar las reglas otra vez? O mejor aún, me transformo en tu aprendiz y remuevo el conjunto de recuerdos, las caricias de tus dedos por mi cuerpo y cualquier aroma que dejaste en mi piel. Y esto para que te encapriches otras vez y retornen tus besos a mis sábanas. Oh!, casi lo olvido, tú no pides perdón.



viernes, abril 11, 2008

Umbilicus


Mauricio resolvió que se quedaría ahí para siempre, esperando en secreto que ella alguna mañana lo dejara tocar ese ombligo infinito. Excusó el día paladeando el dulzor de sus pechos, siempre reclamando con su lengua el triunfo de la cima. Justificó sus besos mañaneros explicando que sus logros se saboreaban mejor en sus labios. Calmaba las preguntas de las amanecidas con las furtivas caricias que terminaban convirtiéndose en gotas saladas que recorrían toda su espalda. Pero el dedo de Mauricio nunca pudo perderse en el abismo de su ombligo, y todo porque era ahí donde ella guardaba las cartas de Carlos.

martes, abril 01, 2008

Otro Verbo


Te espero. Es el único verbo que pronuncio. Espero que sueltes los vicios y que tus dedos dejen de temblar para marcar mi número. Espero borrar la imagen tan perfecta que dejaste para comenzar a obsesionarme contigo. Espero el rapto de la inspiración, que en mi jerarquía es igual a que me llames. Espero conseguirme un certificado falso para el trabajo y que diga que sufro de hepatitis y así tendría dos meses más para esperarte. Espero que descubras pronto la mortalidad de tu ser, antes de que ya no pueda esperarte más. Espero no tener que irme cuando pronuncies “hija, llegué”.