R: Siempre me gustaron tus besos. Son tan suaves. Pausados.
G: Besar es uno de los pocos momentos en que me tomo su tiempo. Imagínate, ¡partir mal! Detesto esos besos apurados, fútiles, con poca o excesiva pasión.
R: Mmmm, ¿y qué pasa si no hay besos?
G: No hay comienzo, porque nunca partió la conexión.
R: Y eso te molesta...
G: No sé. Pero algo me pasa. Si sigues acá te cuento.
R: ¿Y adónde me voy a ir?
G: Siempre te vas.
R: Ah!, pero regreso… y es porque tienes esa energía que me atrae. Llegas. Produces un huracán. Remeces mi mundo. Y cuando dejo todo para partir de cero contigo, para quedarme, llega ese instante... ese momento silencioso que viene acompañado por tu mirada.
G: No es mi mirada, es la máscara de mi miedo. Sé que no estarás mañana.
R: Insistes con eso, G. Si al final lo que queda es esto, tú besándome y yo esperándote. No tenemos otra ecuación para resolver esta relación.
G: ¡Busquemos a un matemático entonces! Me gusta estar aquí. Contigo siento que no me desintegro. Ya no habrá miradas. Esta vez llego con las maletas, saco mi ropa y luego tiro los bolsos por el balcón. Prometo quedarme.
R: ¿Y por qué esta vez será diferente?
G: Porque no eres un mal tipo. Las pinzas con las que elijo siempre, se rompieron.
G: Besar es uno de los pocos momentos en que me tomo su tiempo. Imagínate, ¡partir mal! Detesto esos besos apurados, fútiles, con poca o excesiva pasión.
R: Mmmm, ¿y qué pasa si no hay besos?
G: No hay comienzo, porque nunca partió la conexión.
R: Y eso te molesta...
G: No sé. Pero algo me pasa. Si sigues acá te cuento.
R: ¿Y adónde me voy a ir?
G: Siempre te vas.
R: Ah!, pero regreso… y es porque tienes esa energía que me atrae. Llegas. Produces un huracán. Remeces mi mundo. Y cuando dejo todo para partir de cero contigo, para quedarme, llega ese instante... ese momento silencioso que viene acompañado por tu mirada.
G: No es mi mirada, es la máscara de mi miedo. Sé que no estarás mañana.
R: Insistes con eso, G. Si al final lo que queda es esto, tú besándome y yo esperándote. No tenemos otra ecuación para resolver esta relación.
G: ¡Busquemos a un matemático entonces! Me gusta estar aquí. Contigo siento que no me desintegro. Ya no habrá miradas. Esta vez llego con las maletas, saco mi ropa y luego tiro los bolsos por el balcón. Prometo quedarme.
R: ¿Y por qué esta vez será diferente?
G: Porque no eres un mal tipo. Las pinzas con las que elijo siempre, se rompieron.
8 comentarios:
Lo malo de estudiar en liceos numerado es que no te enseñan a leer bien...
Digo, ya no aprendí.
Por más que le busco el link al tema de los besos con lo del "quedarse" no le hallo conexión...
En realidad no la hay... existen tres personajes al parecer.
Que promiscuidad literaria... jaja
Jajajaja, leso!
Todavía espero el helado
Yo también!!!
A veces no se puede hacer lo que se quiere... O no era así?
jajaja entre citas, helados, besos, idas y regresos, maletas y miradas, creo que la desconfianza nunca es buena para iniciar algo...
Tampocoentendí jajaj
y ud no actualiza
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