domingo, abril 20, 2008

Sentencia


Cuento hasta diez para tranquilizar la memoria. Otra vez estoy frente a ti para llegar a un consenso, todo porque negocié mal el exiguo momento que calmó nuestros caprichos.

-¡Señor Juez, no me sentencie por mi ignorancia!-

Demasiado tarde, la falta de ensayo en tu juego de seducción me ha costado la sonrisa de tu mirada, unas cuántas películas y tres DVD's con mis series favoritas.

-¡Señor Juez, quiero apelar a mi fallo porque las reglas del juego no quedaron claras!-

Reclamo porque nunca señalaste tus líneas de acción cuando aceleramos los corazones, desempolvamos el deseo ya guardado y quebramos la espesa capa de amistad que existía.

-Señor Juez, ¿es posible anular este juicio?

¿Podemos revisar las reglas otra vez? O mejor aún, me transformo en tu aprendiz y remuevo el conjunto de recuerdos, las caricias de tus dedos por mi cuerpo y cualquier aroma que dejaste en mi piel. Y esto para que te encapriches otras vez y retornen tus besos a mis sábanas. Oh!, casi lo olvido, tú no pides perdón.



1 comentario:

RIPNE dijo...

Mmmm, esto si que esta bien escrito y yo tengo que aplicar mis mejores piropos de las profes de castellano de liceo por comprensión de lectura y recién ahí ver "si me da", jajaja.
No me gusta rebatir las historias que nacen bajo inspiración que uno no puede enjuiciar. Pero yo creo que precisamente, como en tu cuento anterior, ahí está el problema.
No verbalizamos las cosas o lo hacemos "cuando el profesor Banderas ya nos rajó por mala expresión". Si de sentir se trata, siempre se esconde, siempre se niega, siempre se enjuicia, siempre se juega al límite.
Trata de cambiarlo y por regla general, casi siempre llegaste tarde...
Un beso.