domingo, octubre 05, 2008

Sentada en el balcón


Ya sumo otra caída, otra tempestad a mi corazón. La llegada de la primavera, con sus aromas florales, me refresca sólo la memoria. Me recuerda que no estás, que tu sudor se fue y que tu voz se apagó. Busco excusas para sacarte de mi memoria, para borrarte como una clase de biología. Incluso imagino que nunca apareciste, que mis ilusiones te crearon. A veces resulta.
No sé qué pretendes, ni mucho menos quién fue el más cobarde, si yo por irme o tú por no detenerme. Tampoco sé quién es el más castigado, si tú por perderme o yo por buscarte en otros ojos. Sólo sé que estamos condenados a extrañarnos, que nuestra piel se necesita y que no valen los suplantados. Mi cuerpo ya me lo confesó.

3 comentarios:

José Nova dijo...

Nunca supe muy bien cómo responder a tus escritos. Me llegan de una forma tan visceral, que siento que las palabras sobran. Como estas que acabo de escribir.

Saludos.

RIPNE dijo...

Uyyy...
Pero, ¿será necesario tanto agobio si se sabe dónde está la cura al mal?

Ms. bus stop singer dijo...

G,
Nunca imaginé postear en tu blog. No sabía que escribes. Debieras seguir, hacerlo de nuevo... o volver a este espacio, no lo sé. Me gusta tu estilo :D Ése otro presente en casi todos los post, que probablemente es el mismo como no lo es. Tiene un ritmo agradable.
Felicitaciones,
M.b.s.s.